“Siempre es el teatro popular el que salva a una época. A través de los siglos ha adoptado muchas formas, con un único factor en común: la tosquedad. Sal, sudor, ruido, olor: el teatro que no está en el teatro, el teatro en carretas, en carromatos, en tablados, con el público que permanece en pie, bebiendo, sentado alrededor de las mesas de la taberna, incorporado a la representación, respondiendo a los actores; el teatro en cuartos traseros, en falsas, en graneros; el teatro de una sola representación, con su rota cortina sujeta con alfileres a través de la sala, y otra, también rasgada, para ocultar los rápidos cambios de traje de los actores.”
Peter Brook
Teatro Popular de Garrido busca una cercanía por el público que, aunque nace de la abundante y ecléctica experiencia artística de Lombó Teatro y todos los recursos de la Sala de Arte y Movimiento La Nómada, se transforma en un proyecto autónomo con un vuelo propio que a su vez busca unificar bajo su marca un concepto claro y sencillo a público y programadores, de una compañía que desde un territorio definido por un barrio popular de Salamanca, intenta llegar al público con propuestas a la vez inteligentes y populares.
El Teatro Popular de Garrido declara sus intenciones desde su propio nombre. La compañía nace en el Barrio de Garrido, uno de los barrios de larga tradición obrera, identificado con un espíritu reivindicativo.
Es Teatro Popular porque plantea una visión es que el teatro vuelva al rol de situarse en la plaza pública para religar los lazos comunitarios, ya sea con temas críticos que estén en candelero o aludiendo a la tradición del teatro nómada. Para ello se propone un lenguaje que la propia comunidad sienta como cercano a las imágenes que ya tiene acerca de cómo debería ser el teatro. Propondremos espectáculos entretenidos que se alejen de los tópicos del humor televisado para centrarse en el encuentro entre actores nómadas y un público que quiere revivir en el teatro sus mejores experiencias teatrales que muchas veces se remontan a la niñez.
Se busca un lenguaje que sea accesible a un público familiar que disfruta del espectáculo, a la vez que se contagia del disfrute del resto de su comunidad que también participa como espectadora. El teatro desde siempre debe ser ese espacio en el que los espectadores imaginan como posible un mundo más desenfadado y en definitiva, más libre.